Presunto homosexual

Hoy me he topado con una noticia publicada en El País donde se habla del asesinato de un «presunto homosexual de 71 años«. Digo yo que, si se trataba de llamar la atención, hay expresiones mucho más efectivas como presunto maricón o, directamente, vieja maricona. En fin, no se me asusten los lectores, porque se trata de una noticia redactada hace más de 20 años. Pero permite hacer algunas reflexiones.

En primer lugar, cómo era la España de 1986, en la que este tipo de expresiones podían aparecer sin ningún problema en el periódico progre de la época. Si en El País escribían eso, ¿qué no harían en el ABC? Estas expresiones son un reflejo de cómo la sociedad de la época vivía la homosexualidad: casi (o no tan casi) como un delito. Parece que daba lo mismo un presunto asesino,  que un presunto ladrón, que un presunto homosexual.  De hecho, la homosexualidad fue delito hasta que en 1978 el PCE consiguió que se excluyera a los homosexuales de la Ley de Peligrosidad Social (la reforma era del PSOE, pero no debieron de caer en que igual la homosexualidad podía no ser un delito)

Hoy, no solo no es delito que un tío se acueste con otro (o con dos, o con un tío y una tía, o una tía con otra tía…., en fin, mejor lo dejo que me va a subir la fiebre), sino que buena parte de la sociedad ve ya la homosexualidad como algo natural. Si en 23 años la homosexualidad ha pasado de ser delito a algo naturalmente asumido, ¿qué cambios se producirán en los próximos 23 años? Nos plantamos en 2032. Lo único que se que ocurrirá ese año es que me volverá a tocar ser administrador de la comunidad de vecinos. Pero seguro que hasta entonces habrá cambios muy, muy interesantes.

Yo soy de los que piensan que las cosas de palacio van despacio. Con esta expresión me refiero a la Tercera, claro. Pero también a muchas otras cosas en el ámbito de la política y los avances sociales. Las revoluciones sangrientas están mal vistas, así que hay que ir poco a poco (últimamente uso mucho esta expresión, sobre todo en mallorquín). El caso del presunto homosexual me recuerda el diferente tratamiento que suelen recibir en la prensa los «presuntos» delincuentes alóctonos y los autóctonos. Cuando quien ha cometido una fechoría es extranjero, parece importante recalcar su origen foráneo. Cuando son indígenas, el origen no importa. En 2032 nos sorprenderá leer noticias como las que hoy vemos cada día y que me niego a enlazar para no subirles el pagerank. Pero ese cambio será solo el reflejo de un verdadero cambio social, donde las personas que han tenido que venir de lejos serán admitidas y tratadas como iguales. Estoy convencido. Ah, y también estoy convencido de que para cuando vuelva a ser administrador de la comunidad de vecinos el Borbón estará en el paro.