Yo también soy un guay del software libre.

Cuando el debate político es interrumpido por la falta de respeto, es que alguien se ha quedado sin argumentos para defender su postura. Eso ha ocurrido en un debate sobre software libre que ha tenido lugar en la Diputación de Bizkaia. El Diputado de Hacienda, José María Iruarrizaga (PNV) llamó guay y chachi piruli a Jonathan Martínez, juntero de Ezker Batua Berdeak, que defendía el uso del software libre frente a la instalación en Bizkaia de la empresa Microsoft.

Personalmente, no entiendo el empecinamiento de algunas personas en defender a toda costa el software no libre. En la última Asamblea General de Ezker Batua aprobamos una resolución a favor del software libre que comenzaba hablando de los valores que éste representa: la ética, la solidaridad, la colaboración, compartir. Seguramente habrá más. Pero no voy a seguir por ahí; es posible que el sr. Iruarrizaga no comparta esos valores.

Yo soy un recién llegado al software libre. Hace ahora un año me cargué windows en el ordenador de casa y lo sustituí por Ubuntu. Desde entonces soy un guay del software libre: tengo las mismas prestaciones, sin necesidad de demasiados conocimientos, y todo gratis (bueno, antes también lo tenía gratis 😉 )

Y últimamente estoy intentando llevar el software libre a la empresa en la que trabajo, una sociedad pública del Gobierno Vasco: Sociedad Pública de Gestión de Viviendas en Alquiler. Contaré lo que nos ha sucedido esta semana. El lunes se incorporaron 6 personas: 3 grabadoras de datos y 3 estudiantes en prácticas. Estas seis personas estarán unos pocos meses en la empresa. Pues bien, su incorporación nos ha costado una pasta en licencias de programas que ya teníamos: erp, conexión al servidor y sistema operativo. Es una auténtica esclavitud: no pagas solo por comprar el programa, por mantenerlo, por mejorarlo, por actualizarlo. Pagas también por cada persona que lo utiliza. No se, es como si me cobraran el doble por la gasolina o por el peaje, porque vamos dos personas en el coche. Solo en licencias de MS-Office teníamos un presupuesto de más de 3000 euros. Y lo que hemos hecho ha sido dar un pequeñito paso, consistente en poner en esos seis equipos Open Office (aún así, las otras licencias han dolido). Es nuestra primera experiencia con software libre.

Las personas que nos asesoran en materia informática, no las tenías todas consigo en cuanto a la instalación de Open Office, ya que era incompatible con el ERP, con la intranet, era incapaz de enlazar por ODBC… A pesar de todo, hemos querido dar un pequeño paso. Que conste que confío plenamente en estas personas, que son unos auténticos profesionales, que son siempre de gran ayuda, y que han tenido la mala suerte de tener que trabajar con un converso al software libre (que, como los ex-fumadores, somos de lo peor).

A los guays del software libre que, como yo, no tenemos muchos conocimientos técnicos, nos faltan argumentos para defenderlo desde ese punto de vista. Yo, al menos, no voy más allá de decir que en casa estamos contentos con ubuntu, open office, firefox, gimp, audacity… Pero soy incapaz de responder a cosas como «es incompatible con odbc, con la intranet…», «¿quién te lo va a mantener?», «no te creas que es tan bueno, no hace lo mismo», «te vas a gastar en formación lo que te ahorras en licencias» y cosas por el estilo.

Y también tengo mis dudas. ¿hay equivalente libre para programas como autocad? SAP y Navision, que tienen muchos años de experiencia, tienen desarrollos verticales especializados en un montón de actividades. Pero si un ERP libre, más joven y con menos experiencia no lo tiene, ¿van a salir más caros los desarrollos? ¿hay que asumir un mayor riesgo como early-adopter?

Por eso, creo que no estaría mal que alguien explicara no solo a políticos, sino también a directivos de empresas públicas, de qué va esto del software libre y si esas frases son mitos o realidad. Se que Enpresa Digitala está haciendo un esfuerzo en la difusión de las nuevas tecnologías, pero tengo la sensación de que está más dirigido a personal técnico que a directivos (que son los que deciden, al final). Estoy convencido de que muchas administraciones estarían dispuestas a ir por el software libre si viesen en él un camino sin baches (o, al menos, con tantos baches como el software no libre). ¿No se puede hacer una jornada similar a la de Politika 2.0? A la hora de invitar a los asistentes, que alguien se acuerde también de las empresas públicas. Yo me ofrezco a ir pero, esta vez, como oyente.

Foto: Darwin Bell